logo-recrearlogo-recrearlogo-recrearlogo-recrear
  • Tienda
  • Presta Pa’ La Orquesta
  • Colaboraciones
  • Básicos Ciclo
  • Blog
0
#problemáticas: M.I.A. Nos dice: Hágalo Usted Mismo 
16 noviembre, 2016
#problemáticas: Sarah Jessica Parker va de Blahnik a ropa de segunda mano 
23 noviembre, 2016
Publicado por Montse el 22 noviembre, 2016
Categorías
  • problemática
  • Sin categoría
Tags
  • haiti
  • parque caracol
  • pepe
  • ropa de segunda mano
Por Joaquín:
El texto está basado en el artículo “Made in Haiti, Dumped in Haiti” escrito por Isabeau Doucet y publicado en The Dominion.

Décadas de medidas neoliberales han empujado a Haití para ampliar su industria de prendas de vestir para exportar camisetas a los mercados de EE.UU. Las prendas se venden, se consumen, se descartan y se envían de vuelta a Haití, junto con otras prendas usadas, para la reventa en los mercados locales, socavando y diezmando a los modistas haitianos y su comercio de prendas.

En la década de los años cincuenta la agricultura representaba el 90% de las exportaciones de Haití; hoy, el 90% de las exportaciones provienen del sector de prendas de vestir, mientras que más de la mitad de los alimentos del país son importados.

Miembros de la Association des Tailleurs et Couturiers de Port-au-Prince (ATCP), una red de sastres independientes que operan fuera de las casas alrededor de Carrefour, se quejan de que no pueden competir con el exceso de prendas de segunda mano hechas en China, Honduras y Bangladesh. 

Obreros de la industria textil en Haití. Foto de Isabeau Doucet

En un informe del 2009, el economista de Oxford Paul Collier argumentó que la pobreza de Haití y el mercado de trabajo sin regulación lo hace “totalmente competitivo con China, que es el punto de referencia mundial.” La pobreza de Haití y el salario mínimo lo convierten en un atractivo competidor en la cadena global de productos básicos. También está convenientemente ubicado en la puerta de América del Norte.

Tras el devastador terremoto en Haití en 2010, la comunidad internacional prometió un  fondo de asistencia de desastres naturales con un valor sin precedentes de 5.000 millones de dólares. Sin embargo, la pieza central de este fondo de reconstrucción después del terremoto no fue la creación de empleos, la reconstrucción de viviendas, ni la construcción de infraestructura de agua y saneamiento para prevenir la propagación de la peor epidemia de cólera en la historia moderna. Más bien, se optó por construir un gigantesco parque industrial de 300 millones de dólares para la fabricación de prendas de vestir. El parque se ubica en Caracol, lejos de la zona afectada por el terremoto y en el corazón de una región protegida por el medio ambiente, que también alberga algunas de las tierras agrícolas más fértiles de Haití.

Mujeres haitianas trabajando en el parque industrial. Foto de Inter -American Development Bank

Una nueva ley de salario mínimo se aprobó en el otoño del 2012 para asegurar que los trabajadores del sector de confección de prendas deben ganar 300 gourdes por un día de ocho horas (alrededor de CAD $ 7). Sin embargo, según una auditoría publicada a mediados de abril de 2013 por Better Work, una asociación de trabajo y desarrollo empresarial entre la Organización Internacional del Trabajo y la Corporación Financiera Internacional (OIT-IFC), encontraron que el 100 por ciento de los fabricantes de ropa evaluados en Haití no cumplieron y continuaron pagando el salario anterior de 200 gourdes (alrededor de CAD $ 4.70). Se calcula que el 90 por ciento de los trabajadores deberían estar ganando el nuevo salario mínimo. En un país con una tasa de desempleo estimada entre el 40 y el 80 por ciento, los trabajadores están tan desesperados que toleran el incumplimiento de la ley de salario mínimo.

Según un estudio realizado en 2011 por la Federación Americana del Trabajo y el Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), el costo estimado de vida en Puerto Príncipe es de $ 29 al día. Doscientos gourdes para un turno de trabajo de ocho horas es un sexto del salario vital estimado de la AFL-CIO. De hecho, los haitianos ganan menos hoy que durante la dictadura de Duvalier; los salarios apenas han aumentado y valen la mitad de su poder adquisitivo de 1984.

Croix-des-Bossales, el mercado de carnes, hortalizas y prendas de vestir más grande de Puerto Príncipe, ubicado en el centro de la ciudad cerca del puerto marítimo, recibe cargas semanales no reguladas de ropa usada. Buscando a través de los montículos multicolores, uno puede encontrar fácilmente docenas de camisetas originalmente hechas en Haití para exportación, ahora descargadas y siendo revendidas en Haití por alrededor de $ 2.50.

Espacio de venta de ropa usada (pepe) en Haití. Foto por Myron Beasley

El comercio de ropa de usada forma parte de un ciclo de producción, consumo y deshecho que afecta la economía local, las condiciones laborales pero también afecta las aspiraciones de deseo y consumo en contextos de precariedad. La misma demanda local forma parte del ciclo de producción masiva que ha afectado la economía del país. El consumo de ropa usada en Haití, es un ejemplo concreto de como la producción masiva neoliberal no sólo genera espacios de explotación como las zonas francas, sino que el deshecho también tiene efectos materiales y sociales.

Referencias:

Doucet, Isabeau (2013). Made in Haití, Dumped in Haití. The Dominion.

Compartir
0
Montse
Montse

Relacionados

3 diciembre, 2020

#TRADUCCIONES: SOBRES COMPOSTABLES VERSUS RECICLABLES


Leer más
28 noviembre, 2020

Es hora de hacer que Amazon pague


Leer más
25 noviembre, 2020

SUSTENTABLE NAVIDARKS Y VERDE AÑO NUEVO


Leer más

4 Comments

  1. #traducciones: ¿La ropa usada es un problema en Haití? dice:
    14 diciembre, 2016 a las 8:05 pm

    […] noté un artículo que plantea que la ropa de segunda mano está inundando los mercados haitianos y está dañando a […]

    Responder
  2. #problemáticas: Qué podemos hacer contra la moda rápida dice:
    12 enero, 2017 a las 2:41 am

    […] los últimos años ha crecido la conciencia sobre las problemáticas de consumir ropa de moda rápida. En un video realizado por Grist, Eve Andrews nos explica por […]

    Responder
  3. #traducciones: El consumismo consciente es una mentira. Hay una mejor forma de salvar el mundo dice:
    29 marzo, 2017 a las 1:36 am

    […] a dónde la lleves: siempre terminará en el mismo flujo de residuos sobrecargado, que puede o no eventualmente desecharla en Haití. No es tu culpa por tratar de hacer lo correcto: es culpa del implacable ciclo de tendencias de la […]

    Responder
  4. #glosario: obsolescencia programada dice:
    4 mayo, 2018 a las 5:28 pm

    […] En la actualidad, la misión de los objetos va más allá de cubrir una necesidad, tomemos el ejemplo más evidente, la ropa. Vestirse sin duda es una necesidad, un abrigo me cubre del frío; los zapatos protegen mis pies  de rocas, espinas o animales venenosos que puedan cruzarse en mi camino, pero ¿es una necesidad tener 80 pares de zapatos y 30 abrigos? ¿o renovar mi armario cada 6 meses? ¿cada 4? ¿cada 2? Hoy en día se habla de hasta 20 colecciones al año en la industria textil gracias a la moda rápid… […]

    Responder

Deja un comentario Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Visítanos

Manuel Gutiérrez Nájera 12c

Centro

76020

Santiago de Querétaro, Qro.,

México


Lunes a Viernes de 12:00 a 20:00 hrs

Sábado: 11:00 a 21:00 hrs

Domingo: 15:00 a 20:00 hrs

 

Síguenos

Contacto

hola@recrear.mx

Aviso de Privacidad

Donaciones

    © 2020 Recrear
      0